domingo, 15 de marzo de 2009

Signifícase la propia brevedad de la vida

¡Fue sueño ayer; mañana será tierra!
¡Poco antes, nada; y poco después, humo!

¡Y destino ambiciones, y presumo
apenas punto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra,
en mi defensa soy peligro sumo;
y mientras con mis armas me consumo
menos me hospeda el cuerpo, que me entierra.

Ya no es ayer; mañana no ha llegado;
hoy pasa, y es, y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento,
que, a jornal de mi pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir mi monumento.

Este poema trata de que la vida es corta, del sufrimiento que hay en la vida y de la muerte.

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